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04 mayo, 2017

Casa de Campo, origen y curiosidades históricas

Vista del palacio y la catedral de la Almudena desde una colina de la Casa de Campo. Por medio, las copas de los árboles del parque.
Palacio Real desde la Casa de Campo (F.Chorro).
Cuando Austrias y Borbones disfrutaban del Real Sitio de la Casa de Campo no podían imaginar que aquella enorme finca de recreo, aquel coto privado de caza, sería visitado varios siglos después por miles de personas que acuden al parque de atracciones, al zoológico o la recorren a pie, en bicicleta o en teleférico. A éstos podemos sumar los miles de viajeros que cada día transitan a través de la línea 10 del Metro, con un amplio tramo en superficie, o por la autovía de Extremadura, cuyos primeros kilómetros se trazaron sobre terreno que un día perteneció a la Casa de Campo.

Fue Felipe II quien se interesó por estos terrenos tan próximas al alcázar y sus posibilidades para practicar la caza. En 1556 ordenó la formación de un bosque cercano en la margen derecha del río Manzanares y tres años después, desde Bruselas, encargó a su secretario que comprara por un precio justo la vecina casa de campo de los Vargas. La compra se formalizó hacia 1561, recién estrenada la capitalidad de Madrid. Continuaba así Felipe II un proyecto iniciado cuando era príncipe y ordenó comprar las huertas, olivares y otros terrenos cercanos a la residencia real, en la zona del Campo del Moro y la Cuesta de la Vega, para crear un bosque.


Óleo de Félix Castello. Vista desde la altura la residencia real, rodewada de jardines, al lado un frondoso bosque con fuente. Al fondo los estanques.
Casa de Campo, 1634. Museo de Histora 
La casa de campo de los Vargas se convirtió en la Real Casa de Campo, y se construyó una pasarela que permitía al rey cruzar el río, donde en el siglo XIX  se construyó el Puente del Rey. Se mantuvo, con ligeras modificaciones, el palacete de sus anteriores propietarios, añadiendo arboledas, jardines, fuentes, estatuas, huertas, edificios auxiliares y estanques de agua corriente que aprovechaban los arroyos de la zona. 

Los estanques se empleaban para el regadío y para la cría de peces para el consumo. En sus orillas se plantaron cientos de chopos traídos desde Aranjuez. Con el tiempo, el real sitio se fue ampliando con adquisiciones de terrenos colindantes, creándose un bosque de caza de más de 10 kilómetros de circunferencia. En los jardines frente al palacete real se instaló en 1617 la estatua ecuestre del rey Felipe III, modelada en Florencia, que hoy se encuentra en la Plaza Mayor.

Con la llegada de Felipe V, primer rey de España de la Casa Borbón, se remodeló el palacete y sus jardines. La posesión se amplió notablemente en tiempos de Fernando VI y Carlos III, en cuyo reinado se terminó la tapia que cerraba la finca. Se realizó una reforestación y el cultivo de algunas tierras, construyendo casas de labor, ermitas y vaquerías. La finca se extendió hasta Aravaca.

El Teleférico sobrevuela las copas de los árboles y ofrece excelentes vistas del perfil de Madrid
Teleférico, Casa de Campo. Foto: F. Chorro.

La Casa de Campo fue uno de los escenarios del fusilamiento de madrileños alzados el 2 de mayo de 1808 contra la invasión del ejército de Napoleón. Unos años después, el 7 de julio 1822, junto a sus tapias encontraron la muerte los guardias reales sublevados, acuchillados por sus compañeros de caballería.
 

El Gobierno surgido tras la revolución de 1868, llamada la Gloriosa, expropió las propiedades de los reyes en Madrid. La Casa de Campo, el Real Sitio de la Florida, incluida la montaña del Príncipe Pío, y el Monte del Pardo se convirtieron en patrimonio del Estado, y el Retiro fue cedido al Ayuntamiento de Madrid.  

Con la llegada de la II República, en 1931, el Gobierno cedió la Casa de Campo al Ayuntamiento de Madrid y se abrió al uso público. En 1936, los frentes en Madrid de la guerra civil se establecieron principalmente en la Casa de Campo y la vecina Ciudad Universitaria. Como consecuencia, el antiguo palacete fue destruido. Más tarde fue restaurado, pero cambió su antigua imagen.


Dos niños observan las ocas que se alimentan en la orilla de un arroyo.
Ocas junto a uno de los arroyos. Foto: S. Castaño.
En 1952 se creó en las proximidades del paseo de Extremadura la Feria del Campo, con pabellones que representaban a las provincias españolas. Años después algunos se convirtieron en restaurantes de este gran parque.

Actualmente, la Casa de Campo es un espacio verde de unos 17 kilómetros cuadrados, a pesar del ‘pellizco’ que supuso el trazado de la autovía de Extremadura por el este. Dos de sus espacios emblemáticos, el Parque de Atracciones y el Zoológico se instalaron en 1972. El hoy llamado Palacio de los Vargas o de la Casa de Campo, a la entrada del parque frente al Puente del Rey, tiene diversos usos culturales.


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