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23 diciembre, 2015

La movida madrileña, modernidad en la calle

En el collage hay entradas de Gabinete Caligari, Mermelada, Las Chinas y otros
Grupos representados en entradas a conciertos.
La ‘movida madrileña’ fue un movimiento lúdico y cultural surgido en la década de los 80, tras el paso de la dictadura franquista a la democracia. Madrid rebosaba ansias de diversión y novedades y entre los jóvenes surgió un fenómeno que alcanzó la mayor repercusión popular conocida en Madrid en las últimas décadas del siglo XX.
 

Encumbrada por los artistas más innovadores, denostada por intelectuales de la vieja guardia y acosada por el mercado discográfico, la movida madrileña fue la expresión lúdica, creativa y espontánea de dos generaciones de madrileños, de su decidida voluntad de hacer pleno uso de las libertades y de recuperar la calle para la gente. Por su carácter juvenil y libre fue también un fenómeno indefinido, mezcla de valores en muchos aspectos, que convirtió a Madrid en símbolo de la modernidad.

Los jóvenes demandaban espacios de diversión y salida a sus inquietudes culturales, tras la agitación política de la transición y luego el golpe de estado de Tejero, el 23 de febrero de 1981. La ‘movida’ aportó frescura al panorama madrileño, renovando la estética y comportamientos de la música, el cine, las artes plásticas o la moda con un conjunto de propuestas vitales. En este ambiente surgieron numerosos grupos musicales, algunos de corto recorrido y otros con gran proyección, dibujantes, fotógrafos y artistas de todo tipo que compartían las mismas inquietudes, el mismo público y un mismo espacio urbano. 


Pintura de estilo pop-art que representa a una joven sonriente en una terraza frente al mar.
Una de las pinturas de Costus.
La ciudad se entusiasmó con la recuperación de fiestas populares y tradiciones olvidadas promovidas por el alcalde Enrique Tierno Galván . Conciertos de música joven que congregaban a multitudes desconocidas hasta esa época fueron organizados por el Ayuntamiento madrileño, principalmente durante las fiestas de San Isidro. El éxito de este movimiento de los primeros años 80 se extendió a toda la década.

La ‘movida’, como versión juvenil y divertida del cambio de vida y costumbres que estaba transformando el país desde la política, tuvo también su propia revista, La Luna de Madrid. En esta publicación, abierta, plural, iconoclasta e independiente, cuyo primer director fue Borja Casani, colaboraban muchos artistas. La Luna comenzó a editarse en 1983 y llegó a lanzar 30.000 ejemplares mensuales. Un año después apareció la revista Madrid Me Mata, dirigida por Óscar Mariné, y Madriz, en 1985.



Portada en azul y negro con imágenes minimalistas.
 Portada de La Luna.
La calle, los parques, los bares y las salas de conciertos fueron los escenarios de este movimiento, especialmente la sala Rock-Ola. Allí ofrecieron sus primeras actuaciones grupos musicales emblemáticos como Kaka de Luxe, Radio Futura, Gabinete Caligari, Alaska y los Pegamoides, Las Chinas, Alphaville, Aviador Dro, Nacha Pop, Los Coyotes, Los Elegantes, Los Nikis, Rubi y los Casinos, Sindicato Malone, La Mode o Los Secretos, entre otros, además de importantes grupos del panorama internacional.

En esos años, el barrio de Maravillas o del Dos de Mayo comenzó a acoger numerosos bares de copas, algunos emblemáticos como el Pentagrama o la Vía Láctea. En ellos encontraban cobijo durante la madrugada artistas y seguidores de la movida madrileña y la estética punky, que acudían a este céntrico barrio que empezó a llamarse Malasaña.

Muchos de los artistas surgidos de este mestizaje cultural llamado 'la movida' se incorporaron al elenco de de artistas españoles. Los grupos musicales antes mencionados, compositores e intérpretes como Joaquín Sabina o Bernardo Bonezzi, diseñadores como Alberto Corazón, pintores e ilustradores como Ceesepe, Costus (Enrique Naya y Juan Carrero) o El Hortelano; fotógrafos como Ouka Lele y Alberto García Alix y cineastas, como Pedro Almodóvar y otros muchos artistas protagonizaron una revolución creativa que asombró a propios y extraños.

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